Mi mujer Javiera dice que nuestra hermana COVID nos está enseñando a respetarnos unxs a otrxs, a permitir que cada quien se sienta y piense tal como se sienta y piense. Cuán cierto! Está pasando por todas partes.
Pareciera que fuera imposible permitir que otro se sienta o piense de una manera que percibimos como posible amenaza. Esa imposibilidad persiste mientras pensamos que existe una sola realidad, que algunxs se niegan a ver (Y que habría que convencer o bien que algún día “despertaran”).
Hace poco tiempo, la principal realidad que había que aceptar era religiosa. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la hegemonía a la que todxs debiéramos someternos se hizo científica. Intelectual, cognitiva, cerebral. Existe una realidad que “debes” aceptar. Por ejemplo , no puedes negar los hechos científicos de la pandemia (hechos sobre los cuales nunca hay pleno consenso).
No hay una verdad absoluta-cognitiva en la ciencia, en la percepción cultural de “una realidad” física catersiana. Y si la hubiera, ¿es esa una razón para no respetar la manera en que otrx se sienta o piense?